El concepto “slow” tomó fuerza en Italia a finales de los 80, donde surgió como apoyo al movimiento “slow food” que buscaba posicionar de nuevo los sabores caseros y livianos de las comidas tradicionales y anteponerse al impacto que venían causando las comidas rápidas o también llamadas “fast food”, desde entonces el concepto fue evolucionando y comenzó a adaptarse a diversos ámbitos cotidianos en los que parece que tomarse todo con calma resulta beneficioso.
Trayéndolo al mundo del turismo, encaja perfectamente con aquellos viajeros que van en contra de irse a unas “vacaciones” cortas, con la agenda apretada de actividades por hacer y que terminan siendo más agotadoras que quedarse en la oficina. Punto importante es que la adopción del concepto permitió no solo pensar en irnos de vacaciones, sino vivir realmente el viaje, vivir las ciudades, las personas con su cultura, vivir la experiencia en sí que finalmente resulta siendo lo verdaderamente gratificante de tomar las maletas y salirnos un poco de nuestra zona de confort.
Ahora, ¿por qué te recomendamos ser un viajero “slow”?
1. Lo más importante, podríamos decir, es que vives experiencias reales, no vas corriendo de un lado para otro tratando de ver los sitios más famosos o llamativos sino que te das tiempo para explorar y perderte en la ciudad, ya que así es como llegas a descubrir la esencia del lugar: las calles, los parques, las casas de los locales… La vida común y corriente que existe cada día en ese sitio que visitas.
2. Te tomas todo con calma y esto sí que es valioso, pues imagínate viajar hasta la Muralla China, tomarte tu foto turista para postear en redes sociales, poner la ubicación en el post y recibir cientos de likes… Algo muy wow para muchos, pero que no sirve de nada si realmente no te empapaste de todo lo que te rodeaba en ese momento, si no entendiste al menos cómo fue que las personas del lugar lograron construir semejante obra arquitectónica o cuál fue la razón que los llevó a crearla ¡a esto nos referimos! tomarte todo con calma implica que escuches, que observes, que entiendas los lugares que visitas y te lleves de allí la experiencia acompañada de nuevos conocimientos que lograrán finalmente que hayas tenido un viaje más que exitoso.
3. Descansas física y mentalmente. Si todos andamos siempre deseando salir a algún lugar cuando llegan nuestras vacaciones es porque lo necesitamos, es sano y positivo para nuestro cuerpo y mente cambiar de entorno, ver a otras personas, saborear nuevas comidas, tomar el sol desde otras coordenadas; todo esto en conjunto nos ayuda a despejarnos y volver más livianos a retomar nuestras labores, cosa que con unos buenos días de viaje perfectamente se puede lograr y que al contrario resulta complejo de obtener si paseamos cortos de tiempo, durando más en aeropuertos, vuelos, traslados de allí para acá, en el bus turístico de la ciudad… Fatiga total.
¡Ojo! que tampoco estamos diciendo que te vayas 3 meses para Miami (cosa que no le viene mal a nadie y que ¿por qué no? sería lo ideal) pues sabemos que los días de vacaciones en las empresas están contados, lo que no te recomendamos es que tomes tu mes de vacaciones y lo dividas para hacer el Eurotour, por ejemplo, 5 días máximos en cada ciudad famosa. Puede ser que en esos días alcances a comerte una buena pizza y pasearte por la Torre Eiffel, pero seguro que no llegaste a conocer realmente las costumbres del lugar, cómo es el ritmo de vida de los europeos y qué lugares no tan famosos te pueden recomendar, estos detalles que parecen insignificantes es lo que no deberías perderte en un viaje. ¡Más vale un mes entero recorriendo de Costa Amalfitana que una foto apresurada en el Coliseo de Roma!
Vale mencionar, finalmente, que pueden haber personas que prefieran irse pocos días por cuestiones de dinero, pero hablando en temas de vuelos, es algo completamente relativo, incluso en muchas ocasiones sale más costoso adquirir tiquetes solo para 5 días que comprarlos para 15 o más, así que por el tema del transporte aéreo ya podríamos obtener ventaja. Otra recomendación es que no llegues a hospedarte en hoteles que a simple vista se ve que van a salirte carísimos, si se trata realmente de empaparnos de la cultura siempre son buena opción los hostales, hoteles pequeños, casas de familia… Este tipo de espacios resultan cómodos, económicos y nos van a permitir interactuar con personas diferentes a turistas, además de no tener que pagar más de lo que permite nuestro presupuesto, aunque nos quedemos allí por 15 días o más podemos ahorrarnos unos cuantos pesos.
¿Te identificas con no haber disfrutado tanto tus últimas vacaciones, por estar de aquí para allá? entonces ¡ya sabes! posiblemente convertirte en un viajero “slow” te va a llevar a vivir experiencias inolvidables en todos los lugares que planeas visitar.
¡Tómate con calma todos tus viajes!